SILENCIOS ESTEREOFÓNICOS
Félix Morriña
¡Cremosa Luna llena!
No lo entendía como debe, mucho menos comprenderlo como se espera. Cuando menos lo sientes, los años pasaron encima de ti, sin darte cuenta ni aviso, y ¡de pronto!, te ves de nuevo, en la encrucijada de tu vida: la llegada de la Tercera Edad; la otredad (¡la otra edad!); la tercera es la vencida. El punto final.
Para quienes deben cuidar de sus progenitores, en esta difícil titánica tarea de la Tercera Edad, nos recomendamos de mutua manera, la verdadera paciencia de paciente, esa que muchas veces pierde terreno en la cornisa de la razón, corazón, la ciencia y la conciencia.
Pregunté infinidad de veces en mi profesión, cómo era sobrellevar este proceso de vida, en la que tienes oportunidad de cerrar el sagrado ciclo familiar de despedirte de los tuyos, conviviendo en sus últimos momentos sobre esta faz de la Tierra, hasta lo que está por contarse de lo ya escrito; y nunca tuve la respuesta correcta; porque la correcta es la que vives en su justo momento del cierre del ciclo de vida y existencia.
¡La rola que alecciona!
Con el paso del tiempo, algunas canciones toman mucho más sentido en nuestras vidas. Algunas las deja uno pasar como éxito radiable (¡cibernético o no!), como moda pasajera, que sólo sirven para pasar el momento, por curiosidad, evitando a toda costa el aburrimiento. Algunas se nos meten a la cabeza como adicción auditiva y se van con el paso tiempo, dejándonos buen sabor de boca, cuando refrescas la memoria superando los traumas, más allá de la intimidad.
Cuando uno está en dura inesperada transición físico-mental-espiritual, todo es confuso, y no sabe para dónde dirigirse; es cuando la música te salva, te sana, te conduce por el sendero que te lleva a tu destino, pero antes, ¡por favor!, disfruta del recorrido a plenitud, sea cual sea éste.
Tras la repentina ceguera de un ojo por días que volvió loco mi sistema nervioso gran parte de marzo, y el ajetreo del día a día en condiciones extremas por el clima social, económico, político y cultural familiar que vivo en esta transición post eclipse total del Sol en abril (la magia del lunes 8, martes 9 y miércoles 10 de abril), canto bajo intensa la lluvia, una y otra vez, como adicción auditiva, “Feel” de mi camarada de generación Robbie Williams (Inglaterra, 1974).
Son varias las canciones que al pasar el tiempo, me hacen cercano al icono popero británico, quien pisó hace casi un año, por tercera vez México: las dos primeras en plan promocional, en el 2004 y 2005, para dar a conocer respectivamente, “Greatest Hits” e “Intensive Care”, pero nunca se había presentado en concierto hasta entonces, y todo fue distinto. Fue dentro del Festival Tecate Emblema de mayo del 2023 en el Foro Sol del Autódromo Hermanos Rodríguez de la #CDMX
Sin duda, cualquier seguidor fiel del susodicho no me reprochará centrarme de entre todo el catálogo sonoro de Williams, en esta canción, la cual refleja a cabalidad, verso tras verso, lo que ahora siento y transformo en mi vida familiar. Es como si me sentara en mi tradicional mesa del Bar 2 de Abril de #MetepecPuebloMagico en pleno recién festejo nonagenario del mítico lugar, con Robbie, para pedirle contara la historia real tras esa nodal canción en su carrera artística y vida intrapersonal, con vaso de Garañona en mano a punto de la ingesta.
¡Ahora esa rola, me identifica!
Tras la experiencia vivida a plenitud, a todo lo que seda la existencia, con todo y sus tres caídas ese Viernes Santo (28 de marzo en #Lerma-#Ocoyoacac); más el apoyo de los seres amados cercanos que testimonian mi existencia en su memoria inmediata y dan el verdadero amistoso asilo político-alimenticio en el mexiquense municipio de #Lerma. Por eso, la familia Martínez Valtierra, significa para este interlocutor el punto y aparte de la historia por contar.
“¡Ven, toma mi mano!/ Quiero contactar a los vivos/ No estoy seguro de comprender/ Este papel que me ha dado (¡la vida!)/ Me siento y hablo con Dios/ Y solo se ríe de mis planes./ Mi cabeza habla un idioma/ Que no entiendo/ Sólo quiero sentir el amor real/ Sentir el hogar en el que vivo/ Porque tengo demasiada vida/ Corriendo por mis venas/ Que se desperdicia./ ¡No quiero morir!/ Pero tampoco me interesa vivir…”.
Me siento liberado tras entender el papel asignado en esta etapa de mi vida. Debo cuidar mucho mi salud mental. Reconozco desconocer por completo escenas importantes de la vida del origen familiar, como pasajes emblemáticos difuminados por el fugaz paso del tiempo, y por razones también salubres. ¡Mucho corazón y conciencia sobre la razón.
Para terminar esta entrega, su #ServibaryAmigo #DandyperoPunk #ElCinicoMayor Félix Morriña, les recuerda una frase del maese T.S Eliot en el #diadellibro2024: “Hacer lo útil, decir lo justo y contemplar lo bello es bastante para una vida de hombre”.
¡Feliz Luna llena!
Recuerda: ¡Nos buscamos, nos vemos, nos escuchamos, nos entendemos.
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